miércoles, 27 de enero de 2016

La boca, parte de nuestra red de información

Parece que la odontología tradicional considera que nuestra boca es una máquina que se puede separar en órganos y células, hasta llegar a moléculas. Si alguna de estas partes sufre una avería lo repara, sustituyendo o dando soluciones moleculares, es decir, medicamentos. Pero ojo, no podemos tratar enfermedades o síntomas aislados, sino a personas  de una manera individual ,porque una alteración en la boca nos puede indicar una interferencia en la totalidad.

Gracias a las investigaciones en física cuántica, sabemos que cada célula de la boca conlleva información de todo el cuerpo,  independientemente de la distancia que exista entre las diferentes partes. Todas las partes forman el todo y el todo en sí, es más que la unión de todas sus partes. Os propongo imaginar vuestros dientes y encías como redes de información que están relacionadas con todas las demás redes del organismo. Además, tengamos en cuenta que en el interior de cada célula de la boca se encuentra un campo con ondas electromagnéticas con capacidad de traspasar la información a velocidad de la luz a todo el organismo y coordinar, junto a otros sistemas, los procesos curativos.


Los dientes, formados en parte por los cristales de hidroxiapatita, presentan una carga eléctrica que da lugar a energía electromagnética. A nivel microscópico, se ha observado que, por ejemplo, si una persona sufre estrés, eso puede provocar cambios en los cristales de hidroxiapatita. Puede pasar también que, en el momento de la formación del diente, exista  información a modo de estrés, provocando cambios microscópicos de debilitamiento estructural que, más adelante, pueden dar lugar a una caries.

Sabemos que el estrés es una de las causas principales de los cambios que se manifiestan en la boca. Por una lado, porque genera alteraciones en las proporciones de las distintas colonias de bacterias, virus y hongos que se encuentran en ella. Todo ello provoca desequilibrios que, muchas veces, se observan como caries o gingivitis. Pero no solo es eso, porque a veces el estrés repercute en la dentina, en la estructura interna del diente. En la dentina se encuentran miles de canalículos a través de los cuales se producen intercambios entre el diente y el resto del cuerpo. Por eso encontramos muchas caries internas a nivel de la dentina, mientras que el esmalte, la capa externa del diente, permanece intacta.

Sufriendo estrés, que generemos una caries, gingivitis u otra enfermedad, dependerá de las circunstancias individuales de cada persona. Incluso será diferente la respuesta que damos en cada momento. Si conseguimos dejar de estar estresados desaparecería la causa paralizando la formación de la caries o gingivitis.

Un estímulo pequeño en determinadas condiciones individuales puede provocar grandes cambios, tal y como explica el Efecto Mariposa: “El simple aleteo de una mariposa en el trópico puede desencadenar un huracán en el norte si se dan circunstancias para ello”. Por eso os recuerdo que, con la Terapia Neural, aplicamos pequeños estímulos en sitios estratégicos para provocar cambios eléctricos en las membranas celulares. La información de estos cambios llegará a todas las células del cuerpo y por ejemplo, aunque solo apliquemos la procaína en la zona de los incisivos inferiores, podemos estar tratando una infección de orina repetitiva. Además, la Terapia Neural también puede influir positivamente cambiando el espectro electromagnético de las toxinas patológicas. De esta manera, las toxinas (bacterias, virus, etc.) persistirán, pero ya no podrán desencadenar una enfermedad. 


Esta semana os invito a leer el blog de mi compañera Ingrid Alvarez del Centro de Odontología Holística OSICS, donde la odontología es tan respetuosa con las personas como con su cuerpo.

           https://osicsingrid.wordpress.com



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