miércoles, 20 de enero de 2016

Las caries también son emocionales

La caries puede ser la solución para que el cuerpo exprese una emoción contenida. Muchas veces será nuestra manera de adaptarnos a las circunstancias biológicas, culturales y familiares. La caries es un proceso vital donde buscamos nuestra propia armonía con nosotros mismos y también con nuestro entorno.

Los dientes nos relacionan al mismo tiempo con el mundo exterior y con la intimidad de nuestro  interior. De esta manera, podemos generar una alteración del cuerpo físico debido a una tensión emocional, donde el cuerpo encuentra su válvula de escape. Si se revive o se tiene esa emoción presente, aunque la situación haya cambiado, podemos generar otra caries en el mismo diente. Por eso, cuando uno tiene una buena higiene dental y aun así desarrolla una caries debemos pensar que se está revelando el sector emocional herido.

A veces  estamos reviviendo lo que sufrimos cuando se estaba llevando a cabo la formación de ese diente, en el vientre de la madre en el caso de los dientes de leche o durante la infancia en el caso de los dientes permanentes. Incluso la información responsable del daño puede venir desde antes de la formación dentaria. 

Antes de eliminar una caries es importante que tomemos consciencia de ello. Con todo esto no pretendo haceros culpables de esas caries, si no haceros partícipes de vuestra responsabilidad. Para trabajar esa responsabilidad, nos será útil saber que cada diente nos indica un significado diferente. Por ejemplo, el primer molar inferior izquierdo nos indica la forma en la que esa persona expresa su voluntad en su terreno afectivo y familiar y si se fractura o si presenta caries una y otra vez en esa muela, nos  puede estar indicando conflictos con su pareja o familia.

Al trabajar con los niños, nos damos cuenta que algunos de ellos presentan tensión inconsciente en forma de miedo, abandono, falta de cariño, etc., la cual puede generar alteraciones de la estructura dentaria, a veces dando lugar a la caries. Por eso, no debemos separar la boca del contexto social, afectivo y emocional de la persona. De la misma manera, también se observa la misma situación por sobre protección .

Hasta los siete años, el niño no suele producir la caries por sus problemas, sino que puede expresar desde la boca los conflictos de sus padres. Cada niño focaliza en esa parte del cuerpo lo guardado en su inconsciente de una manera diferente, es por eso que las bocas de dos hermanos o  mellizos y sus alteraciones serán diferentes. Por todo eso, cuando se trata de niños, conviene hablar con las  madres y padres. 

Para acabar el post, comentaros que, en los dientes, como en cualquier otro tejido, contenemos la capacidad para re-adaptarnos a las situaciones a las que estamos expuestos, retomando así un nuevo estado de salud. Aprovechando eso, podemos impulsar la vitalidad de cada uno y acompañaros en ese proceso de sanación. Por eso, en nuestra consulta, os reconozco a cada persona como protagonista, os escucho y os respeto y os invito a pensar que vuestra salud os pertenece





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