Parece que tanto la odontología y
como la medicina alopática consideran que nuestra boca es una máquina donde se
puede separar en órganos y células,
hasta llegar a moléculas. Si alguna de estas partes sufre una avería lo repara sustituyendo
o dando soluciones moleculares, es decir, medicamentos.
Pero ojo, no debemos tratar
enfermedades o síntomas aislados sino a personas, porque una enfermedad nos indica una
interferencia de la totalidad. Ya no tiene validez el principio de “te doy doble
dosis para tener doble efecto”.
Gracias a las investigaciones de
física cuántica, sabemos que cada célula de la boca conlleva información de
todo el cuerpo independientemente de la
distancia que existe entre diferentes partes. Todas las partes forman el todo y
el todo en sí es más que la unión de todos sus partes.
Por lo tanto, no se puede separar sistemas sin incurrir en errores. No debemos imaginar los dientes y las encías como partes sólidas del cuerpo, sino que son redes de información que están relacionadas con todas las demás redes.
Debemos tener en cuenta que en el
interior de cada célula de la boca se encuentra un campo con ondas
electromagnéticas con capacidad de traspasar la información a velocidad de la
luz a todo el organismo y coordinar junto a otros sistemas los procesos
curativos.
Un estímulo pequeño en
determinadas condiciones individuales de una persona puede provocar grandes
cambios. “El simple aleteo de una mariposa en el trópico puede desencadenar un
huracán en el norte si se dan circunstancias para ello”.
Os recuerdo que con la Terapia
Neural aplicamos pequeños estímulos en sitios estratégicos para provocar cambios
eléctricos en las membranas celulares. La información de estos cambios llegará a todas las células
del cuerpo y aunque solo apliquemos la procaína en la zona de los incisivos
inferiores, podemos estar tratando una infección de orina repetitiva.
Así, como en ciertas
circunstancias individuales los cables de alta tensión pueden influenciar
negativamente en nuestro campo electromagnético, la Terapia Neural puede
influir positivamente cambiando el espectro electromagnético de las toxinas
patológicas y borrando su información. De esta manera, las toxinas (bacterias, virus,
etc.) persistirán pero ya no podrán desencadenar una enfermedad.
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