Seamos protagonistas de nuestra
vida. Ya es hora de participar a construir cada uno su realidad, porque no
importa la enfermedad en sí, sino cómo interpretamos y cómo avanzamos en el
proceso curativo. Los médicos y odontólogos debemos ser informadores, acompañantes
y catalizadores de ese proceso de curación.
Cada uno buscará su propio camino porque
no hay dos personas iguales. La suma de los campos electromagnéticos de cada
célula generan el campo total de la persona. Este campo está formado por
trillones de células por lo que es totalmente diferente de una persona a otra.
Muchas veces el problema no viene de fuera, está dentro de nosotros y para resolverlo debemos ser nosotros los que cambiemos. Para ello, podemos empezar con hábitos saludables como una buena alimentación, mantener la boca sana y dormir suficientes horas.
Sólo el 10% de los factores
desencadenantes de las enfermedades es genético y el 90% restante es
modificable. Si sumamos la voluntad y entendimiento de las causas,
habrá cambios en la enfermedad porque todos poseemos ese potencial de cambio.
Pero cualquier tratamiento que no tenga en cuenta la irritación que ha puesto en marcha el mecanismo de adaptación, no tratará la causa de la enfermedad.
Lo que le llamamos enfermedad es
en realidad nuestra respuesta ante una irritación, es nuestra adaptación ante algo
que nos irrita. El que regula esta respuesta es el sistema nervioso. A veces
es interesante actuar a nivel de sistema nervioso central, sobre el centro que
analiza e integra toda la información. Pero también es interesante trabajar a
nivel de sistema nervioso periférico, que es el que conduce la respuesta del
cerebro.
Aunque la irritación sea local, la respuesta del sistema nervioso implica a todo el cuerpo y a la mente, ya que las múltiples conexiones neuronales se dan a todo los niveles y hacen que la respuesta se generalice.
Del mismo modo, el efecto de la
Terapia Neural también es general y aunque apliquemos localmente, afecta en el
conjunto: a nivel estructural, mental, de comportamiento, etc.
Cuando no sabemos afrontar un
problema, nos toca mirar más allá de los límites marcados y a veces, no habrá solución hasta que cambiemos
el punto de vista y vayamos hasta el origen del problema.
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