lunes, 18 de julio de 2016

Cuidado con el exceso del flúor

Es sabido que el flúor previene la caries dental y creo que es efectivo para reforzar los tejidos de los dientes en muchas personas, pero ¿por qué no nos advierten de sus efectos secundarios? El agua, la sal, pastas dentríficas, comprimidos y otros productos están fluorados con la excusa de prevenir la caries, pero un consumo prolongado o en exceso puede provocar todo lo contrario: fluorosis dental.

Debido a su alta toxicidad, muchos de los países de Europa occidental han rechazado la fluorización del agua. El flúor  puede llegar a ser un metal corrosivo y tóxico si lo consumimos en cantidades superiores a lo que necesita nuestro cuerpo. La dosis diaria de fluoruro de algunas comunidades, por medio del agua de consumo, es suficiente para deprimir la glándula tiroides. Debido a esa toxicidad se ha demostrado que algunas personas sufren de hipotiroidismo, depresión, mareos, fatiga, sobrepeso, dolores musculares y articulares, pérdida del cabello, migrañas, problemas gastrointestinales y menstruales, presión sanguínea descompensada, colesterol, alergias, insomnio, ataques de pánico y cambios bruscos del estado de ánimo, arritmia y fallos cardíacos.


Las enfermedades y síntomas más comunes como consecuencia de la ingestión tóxica de flúor que se ha demostrado en humanos son:

  • Pérdida del esmalte dental que da lugar a debilidad, fractura dental o hipersensibilidad al frío. Se observan dientes de color blanco tiza, a veces  con rayas blancas.
  • Desmineralización de los huesos que lleva a la osteoporosis y fracturas de caderas.
  • Alteración del Sistema Nervioso Central provocando hiperactividad mental, falta de concentración, pérdida de memoria y descenso del coeficiente intelectual.
  • Afecta severamente al desarrollo mental de los niños y de su crecimiento óseo.
  • Cáncer, infertilidad,  Alzheimer y daño cerebral.
Tenemos en nuestra mano buscar alternativas, ya que tenemos a nuestra disposición pastas de dientes sin  flúor y sin otros tóxicos en las herboristerías o tiendas de productos naturales, o si no, podemos hacer nuestra pasta de dientes en casa. Lo mismo con los enjuagues bucales, los podemos hacer de agua con sal marina sin refinar o con bicarbonato. Podemos investigar también si el agua que consumimos es fluorada, y lo mismo con la sal, chicles, etc. 

Espero que te haya gustado y que, si es así, compartas.

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