¿Seguimos “tapando agujeros” o luchamos para prevenir la
caries?
Los odontólogos/as todavía seguimos obturando la caries,
desvitalizando el diente, etc. sin poner mucho esfuerzo en prevenirlas. A
veces, parece que no nos conviene cambiar las causas que producen la caries.
Porque, ¿cuál es nuestro objetivo: ofrecer un servicio a cambio de un ingreso
económico como cualquier otro negocio, o de verdad nos interesa la salud de la
persona que ha acudido a pedirnos ayuda?
Hoy en día la caries es una
enfermedad prevenible si se
investigan, en cada persona, los factores de riesgo que la han generado. Creo
que la educación y la prevención son las herramientas esenciales para lograr
una óptima salud bucal tanto en la infancia, la adolescencia o en la edad
adulta.
Actualmente, gracias a la educación a los
padres y la atención odontológica temprana desde la infancia, las nuevas
generaciones no deberían pasar por un dolor de muelas o por una mala
experiencia en el dentista. La odontología está cambiando y
cada vez somos más los dentistas que creemos que más vale prevenir que curar.
Con odontología preventiva las
visitas son menos dolorosas, más rápidas, sencillas y económicas. Además, si
acude desde niño a realizar revisiones de boca se irá acostumbrando rápidamente
a ellas y no las asociará con una
experiencia traumática.
Cuando se tratan los dientes de
manera agresiva, hay que recordar además, que las ramificaciones terminales de las
fibras nerviosas también se encuentran en el nervio dental y que esa información llega a todas partes por el papel que juega el sistema nervioso como regulador e integrador del
organismo. Porque si realizamos reconstrucciones, endodoncias, implantes… estos
tratamientos se pueden convertir en campos interferentes en un momento determinado y pueden dar lugar a otra patología en
otra parte del cuerpo.
Ya lo hemos dicho anteriormente que el control
de determinados alimentos como el azúcar es otro aspecto a tener en cuenta. Pero
es importante considerar el número de tomas al día, durante cuánto tiempo se
realizan y si van acompañadas de otros alimentos. Tomar, por ejemplo,
aperitivos como cortezas de trigo o maíz tostado varias veces al día, durante
20 minutos y entre horas puede ser menos aconsejable, desde el punto de vista
de la salud dental, que tomar un zumo con azúcar rápidamente junto con pan
integral con queso.
Lo anterior
no sustituye sino que complementa medidas de cepillado. En la promoción de la salud es
primordial el papel activo de cada uno, la responsabilidad es de cada uno, que deberá preocuparse por mantener
una higiene bucodental óptima.

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