Las intervenciones de Odontología Neurofocal se pueden considerar como un diálogo con el organismo. Nosotros le preguntamos qué pasaría si quitamos o arreglamos ese factor que le está molestando al sistema nervioso en la boca (una raiz que queda dentro, un tratamiento del nervio, una infección antigua, etc.) o aplicando la terapia neural en esos puntos que irritan el sistema nervioso. Después, esperamos que actúe e interpretamos su respuesta.
Habitualmente, tras esa interacción, se nota una mejoría en su estado de salud, que a veces es sólo físico, otras veces va acompañado de relajación o cambio emocional o de comportamiento.

Puede pasar también, que sienta dolor o un cambio en otro sitio (diente, órgano, músculo, etc.) que hasta entonces no presentaba síntomas. Es muy probable que éste sea el responsable del problema que estamos tratando. Damos un ejemplo: con la terapia neural en la muela del juicio en mala posición, no da mejora la migraña, pero comienza a doler un premolar que está sano. Tratando este diente, queda libre de dolor de cabeza.

A veces, puede producirse un enrojecimiento de la piel junto con sensación de calor en la parte responsable de la irritación tras el tratamiento, incluso puede pasar que los síntomas al principio empeoren, para luego mejorar y desaparecer completamente.
En otras ocasiones, en cambio, no se presenta ninguna reacción y es entonces cuando habrá que buscar otro camino, como puede ser el ayuno, fitoterapia, osteopatía, etc.
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