jueves, 9 de abril de 2015

Cómo aliviar el dolor de muela de manera natural

Si alguna vez estáis de vacaciones y empezáis a sufrir un terrible dolor de muela y no podéis acudir al odontólogo o es fin de semana y la clínica está cerrada, ¿hay maneras para aliviar el dolor dental?


El clavo de olor y el ajo pueden ser vuestros aliados naturales ante la desesperación. Son dos especias con muchas propiedades medicinales aunque su olor es bastante fuerte.

El clavo tiene propiedades para ayudar a desinfectar el diente, para luchar contra las bacterias y también propiedades anestésicas. Durante siglos se ha usado para aliviar el dolor dental tanto el aceite de clavo como el clavo en polvo o molido. Podemos conseguir ya molido aunque pueda perder sus propiedades o molirlo en el momento, mucho mejor que usar el clavo entero. 

Para su uso, el aceite de clavo de olor se puede colocar directamente en la zona afectada en poca cantidad. Si se dispone de polvo, en cambio,  podemos colocar en una bolsa de infusión y mantener la bolsita entre la encía y la mejilla de la zona afectada. Hay que tener cuidado de no dañar la encía ni la mucosa, ni aplicar en caso donde el nervio dental está expuesto ni en niños. 



Desde hace miles de años el ajo ha tenido un papel importante en diferentes culturas para luchar contra las infecciones y para aliviar el dolor. Después hemos sabido que el ajo funciona por su elemento activo llamado alicina, un potente antibacteriano y anestésico.


La manera más fácil de usar es cortar una lámina fina de ajo y colocar sobre el diente afectado, sin que contacte con la encía o la mucosa, para no provocar una quemadura. Se debe dejar unos 20 segundos, escupir el resto y volver a colocar varias veces hasta completar un minuto.

Además, podemos recomendar el uso cotidiano de loción de ajo en la higiene dental diaria o la toma sistémica del ajo como prebiotico o fortalecedor. Es mejor no aplicar en niños, embarazadas o durante la lactancia, ni en personas con hipotensión o  con gastritis aguda. 

De todas formas, recordad que los dientes hablan y si ya si tenéis un dolor agudo, la boca os estará gritando y será mejor que le escuchéis. Se debe acudir cuanto antes al odontólogo, saber la causa del proceso que estáis viviendo, tomar la conciencia de ello y poner el remedio adecuado. La responsabilidad ante un dolor es de cada uno y el cambio está en nuestras manos.


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