miércoles, 7 de mayo de 2014

La boca nos indica la dieta correcta

¿Sabes que la boca, la mandíbula y los dientes de cada animal indican la dieta que le conviene a cada uno? 

Nuestra estructura interna y externa demuestran que somos frugívoros o consumidores de frutas y las investigaciones sobre el aparato digestivo confirman la similitud fisiológica entre nuestro organismo y el de los chimpancés. La dieta de los chimpancés se basa en frutas, hojas, semillas, raíces y tubérculos, todo crudo, y para estos alimentos está diseñado su sistema digestivo.

Es obvio que fisiológicamente no somos carnívoros. Estos animales están dotados de fluidos digestivos especiales e intestinos cortos para desprenderse velozmente de los desechos tóxicos que genera la carne. Tienen una mandibular capaz de moler huesos y pueden neutralizar la acidez de la carne y sus residuos tóxicos.  Pero los humanos no tenemos colmillos ni garras para cazar. No somos veloces, no tenemos vista ni olfato desarrollados.

Tampoco disponemos de las características digestivas de los granívoros como son las aves, con buche y estómago que les permite consumir cereales. El ser humano no realiza esfuerzos que demanden tanta energía como el vuelo de las aves. 

No podemos considerarnos solo herbívoros tampoco, ya que el exclusivo consumo de hojas requiere un aparato digestivo especializado con cuba de fermentación, estómago con cuatro cavidades, capacidad de rumiar, 40 horas de tránsito intestinal, etc., tal como poseen las vacas.

En cambio, poseemos la boca ideal para consumir frutas:
  •  8 incisivos para morder frutos (25% de la dentadura).
  •  solo 4 caninos y poco desarrollados (no somos capaces de desgarrar la carne cruda).
  •  20 premolares y molares para moler verduras, frutas y granos (60% de la dentadura).
  • saliva alcalina para iniciar la digestión en la boca.
  • mandíbula con capacidad de hacer movimientos de lateralidad.

 Y además, características generales propias de animales frugívoros: 

  • manos y dedos para recoger frutos de los árboles
  • estómago débil y poco ácido
  • no tenemos enzimas para neutralizar sustancias de descomposición de animales
  • sangre ligeramente alcalina
  • intestino grueso de gran capacidad que recoge los desechos de granos, raíces, frutos y semillas que estimulan el movimiento digestivo del bolo alimentario y, con ello, nuestras evacuaciones
Así que no desestimemos las propiedades de la fruta y tengámosla siempre presente en nuestra dieta diaria.

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