¿Sabéis por qué es importante masticar la comida durante mucho tiempo en boca? Porque es allí donde empieza la digestión. De esta manera, evitamos hinchazón de barriga tras la comida y otros problemas digestivos.
Para ello, debemos masticar de los dos lados alternativamente. Esto dependerá de la oclusión o la relación de los dientes de arriba con los de abajo. Por eso, cuando vengas a nuestra consulta, valoraremos la funcionalidad de tu dentadura y trabajaremos para conseguir o mejorar la masticación bilateral.
A la hora de comer, debemos asegurarnos de tener suficiente tiempo para masticar correctamente. Trataremos de no comer mientras trabajamos, caminamos, conducimos o hablamos. Comeremos mejor en un ambiente relajado. Siempre que sea posible, evitaremos los lugares estresantes y ruidosos, porque este tipo de lugares puede influenciar la rapidez con la que comemos.
Recomendamos cortar la comida en pequeños trozos y masticar cada bocado de forma minuciosa, alrededor de 25 a 30 veces. El número variará dependiendo de la persona, el tamaño, edad y otros factores que pueden contribuir a la producción de saliva y a las capacidades de desglose.

Si eres capaz de determinar qué tipo de alimento hay en tu boca al reconocer la textura, indicará que no has masticado lo suficiente. Por ejemplo, si estás comiendo un bocadillo vegetal, y todavía puedes sentir la diferencia entre el pan, la lechuga, el tomate y el atún por la textura, debes continuar masticando.
Mastica, también, los alimentos líquidos y semi-líquidos, como el yogur, al igual que los sólidos. Aunque sólo puedas hacer pocos movimientos, es importarte que lo hagas para que las enzimas de tu saliva trabajen, ya que si no masticas, no se estimula la secreción de la saliva.

Actualmente, estamos viendo otro problema por no apretar mucho los dientes a la hora de masticar: desarrollo deficiente de los maxilares. Esto es debido a que acostumbramos a comer comida blanda que no requiere un esfuerzo por parte de la mandíbula: cremas, pasta, bollería o pan de molde.
Si los niños, en la edad de crecimiento, no mastican alimentos duros apretando los dientes, no desarrollarán correctamente sus maxilares. Esto trae una falta espacio para que salgan los dientes definitivos, que son más grandes que los de leche, y al salir los definitivos se encuentran que no hay sitio para ellos, ya que tienen la mandíbula pequeña.
Estos dientes no se podrán colocar en su posición correcta, y por eso tenemos casos de apiñamiento dental o problemas con la erupción de los cordales o muelas de juicio, porque no hay espacio para ellos.
Estas muelas a veces dan lugar a problemas locales como molestias o infección, pero también nos pueden provocar dolores a distancia: lumbalgia, migrañas, dolor cervical, etc. Por lo que, si sufres de estos dolores, acude a un odontólogo neurofocal para tratar de solucionarlo.
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