¿Sabéis por qué es importante masticar los alimentos duros y secos durante mucho tiempo en la boca? Por un lado, porque es allí donde empieza la digestión y, de esta manera, evitamos tener problemas digestivos. Por otro lado, porque es esencial para un correcto desarrollo maxilo-facial y la correcta colocación de los dientes en la boca. Para ello, debemos masticar de los dos lados alternativamente, aunque no todas las personan lo consiguen con facilidad. Esto dependerá de la oclusión o la relación de los dientes de arriba con los de abajo. Por eso, cuando vengas a nuestra consulta, valoraremos la funcionalidad de tu dentadura y trabajaremos para conseguir o mejorar una masticación bilateral a través de la oclusión.
Estamos observando que se genera un gran problema por no masticar adecuadamente: el desarrollo deficiente de los maxilares. Esto es debido a que acostumbramos a comer comida blanda que no requiere un esfuerzo por parte de la mandíbula: cremas, pasta, bollería o pan de molde. Si los niños en edad de crecimiento no mastican alimentos duros y secos, no se desarrollarán correctamente sus maxilares. Esto muchas veces da lugar a una falta de espacio para que salgan los dientes definitivos, que son más grandes que los de leche, por tener los huesos maxilar y la mandíbula pequeños. Estos dientes no se podrán colocar en su posición correcta, provocando casos de apiñamiento dental o problemas con la erupción de las muelas de juicio.
Los cordales o las muelas del juicio que no tiene espacio para erupcionar adecuadamente, a veces dan lugar a problemas locales como molestias o infección, pero también nos pueden provocar dolores a distancia: lumbalgia, migrañas, dolor cervical, etc. Por lo que, si sufres de estos dolores, te propongo acudir a un odontólogo neurofocal para tratar de solucionarlo.
Recomendamos cortar la comida en pequeños trozos y masticar cada bocado de forma minuciosa alrededor de 25 veces. El número variará dependiendo de la persona, el tamaño, edad y otros factores que pueden contribuir a la producción de saliva y a las capacidades de desglose. Si eres capaz de determinar qué tipo de alimento hay en tu boca al reconocer la textura, indicará que no has masticado lo suficiente. Por ejemplo, si estás comiendo un bocadillo vegetal y todavía puedes sentir la diferencia de sus componentes por la textura, debes continuar masticando. Mastica, también, los alimentos líquidos y semi-líquidos, como el yogur, al igual que los sólidos. Es importarte que lo hagas para que las enzimas de tu saliva trabajen, ya que si no masticas, no se estimula la secreción de la saliva.
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