jueves, 28 de mayo de 2015

El origen de la odontología neurofocal


Para conocer la odontología neurofocal es imprescindible hablar de Ernest Adler, el odontólogo que investigó y trabajó a favor de la salud de muchas personas y a quién consideramos el padre de la Odontología Neurofocal. 

Durante el congreso de Terapia Neural tuve la gran suerte de comer junto a Elisabeth Adler, la compañera de vida de Ernest Adler. Adler era un médico alemán que se instaló después de la guerra civil en  una clínica dental en Lloret de Mar.  

Entre otras cosas, descubrió que las personas que se les había tratado un proceso infeccioso bucal, se curaban de otras enfermedades. Así nació la Odontología Neurofocal, aquella manera de trabajar desde la boca que observa los irritantes o bloqueos que se encuentran en ella y que pueden provocar una alteración a distancia, y la que trata de neutralizar esos irritantes, sean infecciones, amígdalas, restos de dientes, muelas de juicio, etc.

Adler conseguía resultados espectaculares sacando muelas con caries o detectando focos infecciosos. En muchas  personas se había mejorado el reuma, problemas de piel o  una pérdida de visión. Tenía gran prestigio y le llegaban pacientes, no sólo de Catalunya, sino también de Europa.



Entre los diversos libros que publicó, destaca "Enfermedades generales causadas por Campos de Irritación del Sistema Neuro-Vegetativo producidas por problemas dentales y amigdalares (ámbito del Trigémino)" 3ª Edición  (1983), el que se puede descargar gratuitamente en Internet. En ella, demostró las interferencias patológicas en el sistema nervioso ocasionadas en la boca y las amígdalas, aquellas que impiden el normal funcionamiento del organismo.


Desde entonces sabemos que los dientes están relacionados con el organismo. Podemos interpretar las pistas que nos da la boca porque, como siempre defendemos, un diente enfermo nos puede estar indicando una alteración en alguna otra parte del cuerpo. 

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