Te escucho. ¿Cómo estás?
¿Quién te obligó a guardar esos secretos en las amígdalas?Me acerco a tu boca abierta y
me invitas a navegar por tu saliva,
en tu eterna esencia llena de exclusividad.
Tras los barrotes de esmalte
todos los secretos están
mojados.
En busca de experiencias pasadas,
me encuentro con las aventuras
escondidas.
Te robo emociones
a cambio de nuevas informaciones
para que te bañes en tu inconsciente.
para que te bañes en tu inconsciente.
Cuando toco tu diente siento un órgano vivo
y pienso en otro
órgano más alejado.
Aquel incisivo oscuro dudo que tenga pulso,
dudo que tenga
vida.
Cuando actúo en tu diente
te incido en las entrañas
del cerebro.
Despierto la conciencia, saludo al Yo.
Expresas entonces todo el
conjunto.
Vomítame aquello que te oprime.
Soy tu dentista,
no un mecánico de dientes,
no tu peluquero
del turno.
Enséñame lo más profundo que hay tras tu lengua,
lo más
íntimo de tus encías.
Te regalaré la comprensión
de la relación entre tu
síntoma y
tu cuerpo, mente y
alma
que se te olvidaron conectar.
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